Todos tenemos esos amigos, o tal vez nosotros seamos uno de ellos, que se niegan a ir a acampar a menos que puedan hacerlo con comodidad. Ya se trate de los insectos, el frío, la humedad, o el suelo duro, «entrar en comunión con la naturaleza» no está en su lista de las diez mejores maneras de pasar un fin de semana.
Para ellos, una lujosa tienda de campaña operada por energía solar, llamada Carpa Autónoma, podría ser la respuesta a esas demandas de «glamping» o camping de glamour.
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Diseñada por Harry Gesner y Patricia DiMario, la estructura está destinada a ser a la vez lujosa y de bajo impacto, lo que significa que no requiere una base ni fundamento de construcción. Es decir que, aunque es masiva, es también portátil y te la puedes llevar contigo cuando termines tu aventura.
Qué bueno que eso es posible, porque esta carpa cuesta más que muchas casas de cemento y ladrillo. El modelo más pequeño de 700 pies cuadrados, cuesta alrededor de $100,000 dólares, mientras que el más grande, alrededor de $200,000. Pero los creadores confían en que su adinerada clientela optarán por esta aventura en vez de irse a un lujoso hotel de vacaciones.
Ese precio de seis dígitos incluye alta tecnología, tubos de acero y de aluminio, vigas laminadas y «tela translúcida, que es resistente al moho y a las plagas», según la compañía. Está construida para soportar vientos de 90 millas por hora y fuertes nevadas. Ambos diseños se sientan en pisos elevados.
Gracias a amplios es solares, la Carpa Autónoma puede funcionar con luces LED, bombas y filtros de agua, y un sistema de compostaje. Además, tiene un baño completo y funcional, y hasta una ducha con agua caliente, que puede ser impulsada por un tanque de propano o por los mismos es de sol.
Obviamente la gran mayoría de las personas no podemos comprar una estructura de esta magnitud, pero si quieres darte el lujo de pasar una noche especial en una carpa de esta categoría, existen algunos lugares donde puedes hacerlo. Por ejemplo, por $495 por noche puedes disfrutar de una versión similar en el Treebones Resort en Big Sur, California. Viene completa con un lavabo, ducha, una chimenea de gas y, lo más importante para muchos, una cama cómoda.
